jueves, 30 de noviembre de 2006

Descanse en paz

He leido hoy en el periódico una noticia que me ha parecido de los más alarmante. Al parecer, cada vez se emiten menos películas por televisión, lo que viene a decir que el cine está en las últimas. Descanse en paz.
No creo que se trate de que cada vez interesa menos. De hecho, sirva como ejemplo que el programa La noche de, que se emite en EITB es todo un éxito de audiencia. Lo que estamos viviendo es el avance del sensacionalismo en detrimento de lo cinematográfico, esto es, se está apostando por la basura en vez de por los contenidos de calidad. Así de simple.
No me creo que si se emite una buena película en prime time, y no a las 12 de la noche como suele ocurrir, tengan poca audiencia. No menospreciemos la inteligencia del espectador sin menospreciar la nuestra propia como telespectadores también.
Otro elemeto importante que se destacaba en la noticia es que se presta más atención al cine extranjero que al nacional. ¿No debería hacerse un esfuerzo -ya sabemos que cuesta pero merece la pena- y deberían promocionarse películas españolas, de jóvenes directores y así se crearía escuela y afición por este apasionante mundo? Es que me resulta paradójico que se sugiera que el cine está medio muerto y que no es rentable en televisión cuando, si se le pregunta a cualquiera, entre sus aficiones favoritas siempre se cita el cine. ¿Alguien me lo puede explicar?

El polémico documental "El marido de Lola"

Cualquier día de estos los muertos se levantan de la tumba, especialmente los de la familia Flores (Lola y compañía). Me encuentro con que después de más de 10 años muertos, vuelven a convertirse en los protagonistas de la actualidad rosa -o mejor, de la actualidad más estúpida y desvergonzada-.
Telecinco, con su programa estrella a la cabeza -El Tomate para los amigos- ha decidido desempolvar el baúl de lo indecente y emitir unas parcelas de la vida privada de viejas glorias del panorama artístico nacional que exceden los límetes de la vulgaridad y lo soez. Lo que es más, tras la decisión judicial de no emitir el documental, titulado El marido de Lola, la cadena ha organizado una campaña televisiva que se alimenta de esta decisión y les sirve para rentabilizar, aún más si cabe, la emisión del documental. A esto le llamo yo sacar provecho a todo.
Si ya era increíblemente ridículo que se dedicasen a sacar noticias de donde no las hay y tratasen de hundir a personajillos del papel couché, me crispa que se trate de echar mierda, con perdón, sobre los muertos. Encarna Sánchez, Félix Rodríguez de la Fuente...Y ahora le toca a Lola de España -pseudónimo con el que se conoce a La Faraona en el mundillo artístico-.
No es que pretena dar clases de moral pero una cosa me enseñaron de pequeña es que si a los vivos se les respeta, a los muertos más porque no se pueden defender.
Sorprende, por otra parte - y conste que sería un buen punto de partida para analizar la sociedad- que dado que se ha prohibido su emisión, la gente ande como loca por poder visionar el dichoso documental. Y yo me pregunto, ¿cómo se puede ser tan cotilla?¿En qué punto está la sociedad y, por extensión, la televisión, fiel espejo de la realidad?
Por el contrario, en otras cadenas van mejorando su oferta -aunque no me atrevo a afirmarlo categóricamente. Al menos, un primer paso dio ayer Antena 3 al emitir la famosa prueba del polígrafo a Amedo, implicado en la trama de los GAL. Tema interesante donde los haya y, por primera vez, veo que en un programa que trata la actualidad rosa se dan cabida a temas más interesantes que saber si Fulana de tal se emborrachó en tal fiesta. Que sirva de ejemplo.

martes, 28 de noviembre de 2006

Examen de conciencia

Este año, como ya se ha dicho hasta la saciedad -y el que no se haya enterado es porque no está en este mundo- RTVE ha soplado 50 velas con motivo del aniversario de su primera emisión. Parece mentira pero la caja tonta cumple años y hace ya más de medio siglo desde que un 28 de octubre de 1956 a las 20.30 comenzase la andadura de nuestra inseparable compañera de fatigas -ese día en Madrid sólo había 600 televisores-.
Cierto es que todos la criticamos, pero no podemos negar que forma parte de nuestra vida, de nuestra historia y, en definitiva de la historia de España y del Periodismo, por lo que, llegados a este punto, no está de más hacer examen de conciencia y escarbar en la memoria para repasar con fidelidad lo que ha sido y es la televisión.
No debemos olvidar aquellos comienzos en blanco y negro, aquellos documentales, el NODO, los concursos, la Bola de Cristal... Tantos y tantos programas que está grabados en la memoria de todos nosotros. La pregunta que nos debemos hacer es cómo ha cambiado, reflexionar sobre su pasado para poder mejorar el futuro, y analizar los puntos fuertes y los débiles para que continúe siendo un referente en nuestras vidas.
Por lo tanto, felicidades a RTVE ya que, al fin y al cabo, la historia de TVE es la misma que la de la televisión, la de todos nosotros en definitiva.

lunes, 27 de noviembre de 2006

El futuro de la tele


El futuro de la televisión es incierto. Ésta es la conclusión a la que han llegado expertos de todo el mundo tras analizar la situación actual del mundo de la comunicación. Al parecer, Internet se convertirá en el medio por excelencia en detrimento de la caja tonta y las televiones digitales, aquellas que ofertan los famosos canales a la carta, serán las favoritas por los telespectadores.
Sin duda, la televisión está cambiando y esto derivará, al parecer, en que su futuro pasa por una mayor oferta de teleseries y por los exitosos realities. Sorprendente.
Sin pretender ser agorera, si el sino de este medio de comunicación únicamente pasa por estos dos elementos, mal lo tenemos. En cambio, si basamos nuestra oferta en calidad, rigor, independencia e investigación, en ese caso sí que se trataría de un futuro más que prometedor.
Hablo de investigación pero, claro, hay que tener en cuenta que el Reino Unido destina anualmente para la investigación aproximadamente 250 millones de euros, mientras que aquí, en España, la cifra se reduce hasta unos míseros 60 millones. Y es que con estos datos ¿qué más se puede pedir? De manera que una de las posibles soluciones para hacer frente a este destino tan poco alentador sería destinar más dinero e invertir más en productos de calidad. De esta forma puede que se rentabilice el coste y ahí puede residir el futuro de nuestra querida caja tonta. Ahí queda eso.
Artículo sobre el futuro de la televisión