sábado, 23 de diciembre de 2006

Más de lo mismo


Apenas queda un día para Nochebuena -parece ser que una de las noches del año en la que más se ve la televisión- y la programación va a ser un calco exacto de la del año pasado, es decir, lo que voy a ver mañana ya lo he visto los últimos 23 años de mi vida. Y me pregunto, ¿es que no hay nadie al que se le puedan ocurrir ideas un poco más originales?


Después del tipiquísimo mensaje navideño del Rey -que, para asombro de cualquiera dada su interminable verborrea es uno de los momentos más vistos del año- llega Raphael -cómo no- cantándonos sus mayores éxitos, los villancicos, acompañado de otras viejas glorias que cantan a la Navidad.

Me parece fenomenal que se apueste por actuaciones musicales pero es que ya me canso un poquito de ver todos los años exactamente lo mismito. Ya es hora de que nos oferten programas un poco más variados -no digo que el show de Raphael no sea de calidad, sino que, año tras año las mismas caras y las mismas actuaciones, se hacen pesaditas-. Ya veremos qué nos ofrecen en Nochevieja, aunque me temo que no pasaremos de los típicos cotillones horteras en los que salen cuatro petardos riéndose y con la copita de champán.

Luego dicen que es la noche del año en la que más se sale. Cómo no. A ver quién es el valiente que se atreve a quedarse en casa a ver tanta estupidez. Lo veremos en tan sólo 8 días.

domingo, 17 de diciembre de 2006

Hasta en la sopa


Hasta en la mismísima sopa. Y nunca mejor dicho. Aquí hay tomate -programa cutre donde los haya y que goza del beneplácito del público- ahora se va a emitir incluso los sábados bajo el título El tomate weekend. Alucinante. Y es que ya no saben qué sacar.

Resulta que los ejecutivos de Telecinco se han planteado cómo batir récords de audiencia en las sobremesas del fin de semana y no se les ha ocurrido mejor idea que hacer una versión del tomate, en la que se vendían como novedades la indecente toma de pelo a una anciana que no entendía inglés. Me parto y me mondo de risa con estas cosas -como diría Paco León, "el Luisma" en la excelente serie Aída-.
De todas formas, no sé qué es peor: si este programa o esos telefilmes de dudosa calidad que en estas fechas, por si fuera poco, narran historias inenarrables -valga la redundancia- sobre la Navidad. Infumables.
Y yo me pregunto, ¿por qué no se ha pensado en emitir Caiga quien caiga u otro programa un poquito -tampoco pide mucho más- más interesante y por qué siempre se recurre a los mismos bodrios? Además, se corre el riesgo de quemar el producto, como diría Risto Mejide.

Ya veremos lo que dura en antena.