
Si creíamos que lo habíamos visto todo, si teníamos a Gran Hermano por el monstruo indecente que se cuela en nuestros hogares para traernos lo más deplorable del ser humano... Nos hemos equivocado. Aunque parezca increíble, aún hay algo peor que todo eso.
No hablo de otro programa que Unanimous, del que, tras haberlo visto ayer tan sólo 20 minutos, ya me hecho una idea de la clase de personas que acuden a estos programas -por si tenía alguna duda-.
Tanto fue el susto y la sorpresa que me llevé que, mientras lo veía, salté del sofá y fui corriendo a por papel y lápiz para apuntar -no quería que se me escape ni una- las absurdeces que se dijeron en tan limitado espacio de tiempo.
En primer lugar, se premió a un concursante por ser el que a precio más bajo se vendió. El juego consistía en proponerles una serie de situaciones en las que se les ofrecía dinero por hacer cosas deplorables moralmente como cobrar por acostarse con alguien para ascender socialmente. Pues bien, un concursante recibió premio por venderse por sólo 15.000 euros. Excelente ejemplo a la juventud.
Otra concursante hizo las delicias del público cuando confesó sin ningún pudor que en una ocasión le rompió la nariz a su pareja no porque la hubiera agredido -que tampoco-, sino "porque era un llorica". Toma ya.
No contentos con esto, otra de las señoritas que concursan en este espacio- en el que deben ponerse de acuerdo sobre quién se merece el premio y cuanto más tarden en decidirlo menos dinero va quedando- se dedicó a tontear con uno de los individuos de la casa y luego se negó a pasar a mayores con el susodicho. En consecuencia, este tipejo -que dice ser gigoló- la calificó de "calientapollas", momento en el que el público asistente en plató estalló en aplausos y gritos de apoyo al energúmeno. Parece mentira, pero todo esto en tan sólo un ratito. Palabrita del niño Jesús.
Desde luego, sobran los calificativos en un programa que es, a parte de pérdida de respeto, de tiempo y de inteligencia, una inmundicia en la que parece que todo vale por 1.000.000 de euros. Allá ellos.